miércoles, abril 26, 2006

25 de abril. Ponce revalida su triunfo en Sevilla: silencio y una oreja

Martes, 25 abr. Feria de abril, la Maestranza de Sevilla. Seis toros de Juan Pedro Domecq. Enrique Ponce, silencio y una oreja. Rivera Ordóñez, silencio en los dos. El Cid, aplausos y silencio tras un aviso.
En su crónica Zabala de la Serna comenta: "Enorme la Maestranza en su recibimiento a Enrique Ponce, en recuerdo de su histórica tarde anterior. Ovación de gala. Ovación caballerosa. Detalles así se están perdiendo. Como cuando un torero reaparece en el mismo escenario de una cornada. Dolor y gloria con hombría se valoran en plazas de categoría. (Anda con el pareado, qué bonito nos ha quedado). Ponce remató ayer su feria. En el sentido más estricto ha sido «su» feria (subrayado con comillas). Rematar con una corrida tan descastada como la de Juan Pedro ya tiene su mérito. Pero es que el Sabio de Chiva ve toro donde no lo hay. O ve lo que el ojo de los demás humanos no ven. Por humanos cuentan los toreros también. A ese cuarto fue el único que le apreció algo. Ese algo lo incrementó luego lidiándolo con mimo con sus propias manos, tapándole la cara constantemente con la muleta a su altura, sin forzarlo, más que de vez en cuando. Faena de mago. Faena de ilusionista. Mago que no pudo sacar nada más de la chistera con la zurda, aunque sí unos últimos compases hacia tablas tremendamente toreros, de adornos y filigranas. Enrique Ponce es capaz de ver lo que no vemos y de hacer parecer lo que no es: el toro bueno o la estocada en su sitio. Valga la oreja por su capacidad y por su feria. Lo que ya hubiese sido de efectos especiales sería hacer bravo el aquerenciado y manso y chico primero, de inquebrantable afición a la madera. Por cierto, ¿ustedes se han fijado dónde se han parado el 95 por ciento de los toros durante diez corridas consecutivas? Para hacerles pasar de la primera raya del tercio habría que hacer reaparecer a Curro como ejemplo, que con sesenta y seis se iba hasta la boca de riego a la verónica. Ponce se situó en el 5 por ciento restante con este toro, que duró el canto de un euro.